El wiccano cree en la magia, y la practica, celebra a la naturaleza en un ciclo de vida y muerte continuo determinado por los cambios de estaciones. Realiza rituales para honrar a los dioses, a la luna, al sol, pide su orientación y guía y agradece y celebra los éxitos.
Para ello basta con la contemplación y la oración, pero en general nos gusta servirnos de un altar y algunas herramientas que consideramos indispensables.
LA COPA: originalmente la copa debería ser de plata, pero eso no siempre está al alcance de la mano o del bolsillo, por ende puede utilizarse cualquier material (yo descartaría el plástico). Es importante que la copa se adquiera especialmente para ser usada en el altar. Evidentemente su alguien posee una copa en desuso a la que le guarda algún tipo de cariño puede limpiarla de las energías acumuladas y luego consagrarla al uso mágico.
EL ATHAMÉ: se trata de un cuchillo de doble filo y mango negro, su uso se limita a invocar o alejar energías a la hora del trazado del círculo. El doble filo representa las dos caras de la magia y del universo, la vida y la muerte, lo positivo y lo negativo.
Este cuchillo no se usa para cortar, no se usa para realizar inscripcciones y bajo ningún concepto se usa para dañar a criatura viva existente. De hecho como el doble filo es simbólico puede emplearse un abrecartas de metal, fácil de conseguir en cualquier bazar o feria que venda antigüedades. bastará pintar el mango de negro o procurar alguno que se adapte a nuestro athamé.
LA VARITA: usualmente es un vara del largo del antebrazo de su dueño. Para realizarla podemos dar un paseo por un sitio arbolado luego de un día de viento. Habrán muchas ramitas dispersas por el suelo, pueden recogerse varias y luego seleccionar o bastará con encontrar una del largo nuestro antebrazo. Se puede pintar, decorar con piedras, plumas, inscripciones o lo que más les guste.
EL PENTACULO: usualmente se graba sobre diversos materiales, puede pintarse también, se trata de una estrella de 5 puntas , con el punto superior hacia arriba, y encerrada en un círculo.
El pentáculo se utiliza en el centro del altar para consagrar los objetos sobre el.
Para ello basta con la contemplación y la oración, pero en general nos gusta servirnos de un altar y algunas herramientas que consideramos indispensables.
LA COPA: originalmente la copa debería ser de plata, pero eso no siempre está al alcance de la mano o del bolsillo, por ende puede utilizarse cualquier material (yo descartaría el plástico). Es importante que la copa se adquiera especialmente para ser usada en el altar. Evidentemente su alguien posee una copa en desuso a la que le guarda algún tipo de cariño puede limpiarla de las energías acumuladas y luego consagrarla al uso mágico.
EL ATHAMÉ: se trata de un cuchillo de doble filo y mango negro, su uso se limita a invocar o alejar energías a la hora del trazado del círculo. El doble filo representa las dos caras de la magia y del universo, la vida y la muerte, lo positivo y lo negativo.
Este cuchillo no se usa para cortar, no se usa para realizar inscripcciones y bajo ningún concepto se usa para dañar a criatura viva existente. De hecho como el doble filo es simbólico puede emplearse un abrecartas de metal, fácil de conseguir en cualquier bazar o feria que venda antigüedades. bastará pintar el mango de negro o procurar alguno que se adapte a nuestro athamé.
LA VARITA: usualmente es un vara del largo del antebrazo de su dueño. Para realizarla podemos dar un paseo por un sitio arbolado luego de un día de viento. Habrán muchas ramitas dispersas por el suelo, pueden recogerse varias y luego seleccionar o bastará con encontrar una del largo nuestro antebrazo. Se puede pintar, decorar con piedras, plumas, inscripciones o lo que más les guste.
EL PENTACULO: usualmente se graba sobre diversos materiales, puede pintarse también, se trata de una estrella de 5 puntas , con el punto superior hacia arriba, y encerrada en un círculo.
El pentáculo se utiliza en el centro del altar para consagrar los objetos sobre el.
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