Muchas veces nos llegan correos y mensajes con estas palabras. Mucha gente confiesa que está en busca de "un Maestro", un "guía" que le indique el camino, algunos piden clases de Wicca, etc. Pues bien, sabido es que existen escuelas de Wicca, fundamentalmente en internet, que imparten sus cursos... siempre que uno abone la mensualidad, pague la matrícula o simplemente deposite el dinero correspondiente para cubrir los costos del curso. Dicho de otra forma, y sin querer que suene de manera despectiva, es posible notar una mercantilización de la Wicca.
Existen una gran cantidad de libros que hablan sobre el tema Wicca específicamente, y claro está, adquirir dichos libros tiene un costo económico (si bien es cierto que mucha cosa se puede conseguir gratis por internet). Desde el momento que hay una edición, hay un trabajo de por medio que debe, merece ser retribuido. En eso creo que todos estamos de acuerdo. Ahora bien, cuando hablamos de una religión -y la Wicca ciertamente lo es-, entramos en un terreno mucho más delicado. Si observan, las grandes religiones que existen en la actualidad jamás cobran por enseñar la doctrina. Por el contrario, al interesado se le ofrecen cursos gratuitos. Sin embargo, si queremos asistir a una charla sobre la religión islámica, o sobre los sacramentos católicos, probablemente debamos pagar un ticket para poder contarnos entre la audiencia. ¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?
Personalmente, creemos que una charla siempre es informativa. Los asistentes a la misma concurren para obtener conocimiento de algo que desconocen, o bien por simple curiosidad. El contexto en el que se genera dicha actividad es expositivo, informativo. En cambio, cuando una persona se acerca a quien practica una religión con el fin de que le enseñe cómo practicarla, el contexto es diferente. El contexto es ritual.
Para empezar, hay una intención por parte de quien solicita que se le enseñe, de aprender las bases de la religión en cuestión. Luego, ese aprendizaje no puede ser teórico, sino que debe ser vivencial, de lo contrario carece de sentido. Esto significa que quien enseña la doctrina compartirá ceremonias, rituales y todo aquello que indique la religión con quien desea aprender sobre la misma. Compartirá vivencias espirituales, conocimiento espiritual y religioso. Personalmente creemos que ese saber espiritual, dadas sus características, no nos pertenece. ¿Puedo cobrar por algo que no me pertenece? Por otra parte, las leyes de la Wicca, en todas sus versiones, prohíben cobrar por iniciar a una persona en un coven, o cobrar por enseñar la religión.
Volvamos al tema de la Wicca. La mejor manera de comenzar a acercarse a su doctrina, por llamarla de alguna manera, es leer, leer, y leer. Leer la mayor cantidad de autores posibles. De esa manera, podemos ver las diferencias de criterio entre unos y otros, y tomar aquello que nos parece mejor a nosotros. Y luego de haber leído, el segundo paso es... ¡practicar! No hay que tener miedo a "hacer algo mal", pues eso no existe. ¿Tienes la necesidad de encender una vela? ¡Hazlo! ¿Quires recitar una oración, o prefieres crear una nueva? ¡Hazlo! ¿Quieres hacer un ritual donde se eleven oraciones en latín? ¡Hazlo! Todo lo que consideres que debes hacer como forma de contactar con la Naturaleza y los Dioses, es válido, siempre que no dañe a nadie. Puedes hacer cosas muy simples o muy elaboradas, como recitar oraciones en latín. Eso sí, si decides utilizar una lengua diferente a la tuya, asegúrate que sabes pronunciarla correctamente, y que entiendes lo que dices, pues de lo contrario, ¿qué valor tiene? Rodéate de personas que compartan tu sensibilidad espiritual, y comparte con ello tus lecturas y tus reflexiones. De esa manera tú aportarás conocimiento a los demás, del mismo modo que ellos te aportarán a tí. Cuando debatimos, o simplemente cuando queremos explicar en qué creemos,o qué pensamos sobre un tema, realizamos una serie de procesos mentales que nos ayudan a evidenciar si realmente sabemos dar una explicación sobre lo que hacemos o creemos. Por eso es importante compartir con otros nuestras experiencias.
Recuerda: no es posible hacer algo mal cuando la intención es conectarse con la Divinidad, sintonizar con la Naturaleza. Si tu intención es sincera, los resultados serán buenos. En resumen, lee, lee todo cuanto puedas, y practica. ¡El mejor maestro eres tu mism@!
No hay comentarios:
Publicar un comentario