sábado, 27 de agosto de 2011

La magia del fuego

El fuego, desde antiguo, ha despertado fascinación en los seres humanos. Ha sido considerado un regalo de los Dioses, probablemente desde el momento en que un rayo cayó del cielo y encendió algún árbol. Imagínense ustedes cómo habrán recibido aquellos primeros hombres a este fuego celestial, y qué importancia habrán adquirido quienes supieron alimentarlo, evitando su extinción. Quienes se dedicaron a la tarea de mantener encendido el fuego, fueron los primeros sacerdotes, si es posible definirlos así, puesto que eran los que sabían interpretar el lenguaje divino, y mantener su signo -la llama-, con vida. El fuego permitió defenderse mejor, cocinar los alimentos y abrigarse en el invierno.

Quizás, por todas estas razones, la cocina -el hogar, como se le decía antes-, sea el lugar más cálido de la casa (cálido no por el calor del fuego, sino debido a su magia y su poder al transformar los alimentos), y donde pasamos más tiempo. Pues bien, teniendo en cuenta este poder mágico del fuego, hablaremos hoy del utensilio que en casi todas las casas podemos encontrar, y que nos remite al elemento fuego: las velas.

Las velas son un instrumento de mucho poder, no en sí mismas, sino en su uso mágico. Pongamos como premisa de trabajo que todo lo que hagamos con fe, con convicción, eso se realizará de la manera que lo imaginamos. La fe es una creencia, es la seguridad de aquello que creemos. Así, tenemos fe que si apretamos un botón, la computadora se encenderá; creemos que eso sucederá de esa manera, y actuamos como si de esamanera sucedieran las cosas. Con la magia sucede igual. Si confiamos, si tenemos fe, en que prender una vela y hacer una sencilla oración nos ayudará, entonces recibiremos la ayuda. Si dudamos, entonces las cosas serán diferentes.

Pues bien, en la magia de las velas intervienen la fe, como en todo trabajo mágico, el color de las velas, y el día en que vivimos. A continuación, les ofrezco una tabla con algunas correspondencias entre colores, días de la semana y signos zodiacales. Pero antes, una aclaración importante. Esta tabla de correspondencias, no significa que si no tengo una vela verde, pongamos por caso, no podré hacer un ritual pidiendo salud. Nada de eso. Estas correspondencias son a modo de guía, de sugerencia. Porque todos estos elementos, al ser conocidos, trabajan desde nuestro inconsciente, cosa de la que hablaremos más adelante. Siempre que deseen prender una vela, y hacer una oración, háganlo, una vela blanca es suficiente.

Aclarado esto, he aquí la tabla:
























¿Cómo llevar adelante un ritual con velas?

Recuerden que lo que aquí se expone es tan solo una manera posible de hacer las cosas, pero no la única ni mucho menos la mejor. Siéntanse libres de experimentar libremente modificando los lineamientos aquí expuestos.

Supongamos que deseamos realizar un trabajo relacionado con el dinero. Un buen ritual de abundancia económica puede constar de:
  • una vela naranja una vela marrón (opcional)
  • aceite de mirra, sándalo, naranjas o lavanda a elección
  • una varita de incienso de mirra, sándalo, naranja o lavanda a elección
  • unas monedas
  • unas hojitas de laurel (opcional)
  • papel y lápiz (opcional)
  • platito o cenicero donde quemar papel
Cada vez que vayamos a hacer un trabajo mágico con velas, debemos utilizar un altar o mesa de trabajo. Algunas personas tienen en sus casas una repisa o un mueble donde suelen prender velas o inciensos, y dejar alguna imagen sagrada para ellas. Pues bien, si tienen ese lugar especial, utilícenlo, sino podemos usar una mesa común y corriente, a la que "prepararemos" para el trabajo mágico. Por ejemplo, si vamos a utilizar la mesa del comedor diario, sería conveniente que dejemos la mesa limpia, sin manteles de ningún tipo sobre ella. De esta manera, tendremos todo el espacio libre para ubicar las velas y los demás implementos sin inconvenientes, y sin riesgo de que el cebo manche un mantel, por ejemplo.

Pues bien, en nuestra mesa de trabajo, colocaremos la vela naranja sobre un candelabro o un platito, luego de haberle pasado aceite de mirra, sándalo, naranjas o lavanda, según tengamos a disposición y según nuestro gusto. Recuerden que hay por lo menos dos técnicas para ungir una vela: partiendo desde el centro de la vela, pasamos el aceite hacia los extremos (primero hacia la base, y luego volvemos al centro y de allí hacia el pabilo), o bien desde la base hacia el pabilo. Si conocen otra técnica de unción de velas, y están familiarizados con dicha técnica, utilícenla. Lo importante es que la vela quede impregnada con el aceite, y que al ungirla, pensemos en aquello que vamos a pedir, nuestra intención.

Una vez ungida la vela y colocada en su candelabro o platito, colocaremos detrás de ella un portainciensos con una varita de la misma fragancia del aceite (si no tienen inciensos del mismo aroma que el aceite, pueden utilizar el que tengan en ese momento). Si desean, en el caso del ritual de prosperidad, pueden utilizar una vela naranja y una marrón. En caso de utilizar la marrón, la colocarán a la derecha de la vela naranja, y un poquito hacia atrás, y detrás de ambas velas, el incensario.

Preparado esto, pueden colocar al pie de la vela naranja unas monedas, dos o tres es suficiente, pero si quieren agregar más pueden hacerlo. Algunas tradiciones sugieren que se coloquen monedas doradas; si las tienen, utilícenla, de lo contrario usen las monedas que tengan en el bolsillo en ese momento. Junto con las monedas, sobre ellas, pueden colocar tres hojitas de laurel, aunque este detalle es opcional. También pueden escribir en un papel qué es lo que desean, si conseguir un trabajo, o cambiar de empleo, u obtener determinada cifra de dinero.

Bien, ya tenemos nuestra mesa de trabajo preparada, por lo que procederemos a encender cada cosa. Con un fósforo si tienen, encenderemos primero el sahumerio, luego la vela naranja y por último la vela marrón. Si escribieron el papel con su deseo, luego de encender el incienso y las velas, tómense cinco minutos para meditar en aquello que escribieron, y véanse obteniendo y disfrutando de lo que piden. Véanse en un trabajo, o cambiando de empleo; imagínense que están contando el dinero que necesitan. Hecho esto, tomen el papelito y quémenlo en la llama de la vela naranja. Tengan a mano un recipiente de vidrio o metal -puede ser un cenicero-, para depositar el papel y que se consuma allí.

Y hecho todo esto, dejamos que las velas se consuman. En ese tiempo, podemos retomar nuestras actividades en la casa, tomando las precauciones debidas para que el fuego de las velas no ocasione un incendio, claro está.

Este modelo de ritual es básico, y se puede utilizar para cualquier pedido, sea salud, amor, transformar una situación, etc. Cambiarán los colores de las velas, teniendo en cuenta la tabla antes mencionada. Pero recuerden que si desean hacer un pedido con una vela, lo importante no es el color, pues las blancas sirven para cualquier pedido. Lo importante es la intención con la que lo hacemos, la carga emocional con la que realizamos nuestro trabajo.

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