sábado, 13 de agosto de 2011
Sintonizando con la Divinidad
La wicca, como todas las religiones acepta la existencia de una fuerza divina creadora de la cual surgió el universo. Esa fuerza suprema se personificó en dos seres básicos: la Diosa y el Dios.
Al pensar en estos seres algunos los identifican con dioses de distintos panteones (celta, romano, griego, etc.) mientras que otros prefieren no darles nombres ni formas.
Sea como sea que decidamos representarlos, debemos tener en cuenta dos cosas. En primer lugar los dioses son iguales, no hay uno más poderoso que el otro. Son el equilibrio entre lo femenino y lo masculino que existe en la naturaleza. Cada uno representa una parte de la Naturaleza y se complementan entre sí. Ellos son la Madre Tierra y el Padre Cielo.
Por otro lado, debemos entender que ellos SON la Naturaleza. La salida del sol, las fases de la luna, el ciclo de las estaciones... contactar con la Naturaleza es contactar con la Divinidad.
En Wicca, el poder esta en manos del practicante, no hace falta un sacerdote o sacerdotisa para que se dirija a los dioses por nosotros, la conexión es directa y personal. Podemos invitar a nuestros Dioses a nuestras celebraciones y a nuestros actos mágicos, pedirles que nos ayuden en ellos, que nos acompañen, que nos guíen.
A continuación les dejo un sencillo ejercicio para sintonizar con la Divinidad que propone Scott Cunninham en su Guía para el practicante solitario:
A la noche, sentados o de pie miraremos hacia la Luna, si estuviera visible. Si no, imaginaremos la Luna más llena que ya hayamos visto con su brillo blanco plateado en la oscuridad, directamente arriba y delante nuestro.
Sentiremos la suave luz lunar en la piel mezclándose con nuestras propias energías.
Veremos a la Diosa en cualquier forma que deseemos. La llamaremos, entonando antiguos nombres como ser:Diana, Lucina, Selene, Freya, Morrigan, Cerridwen (los que recordemos). Nos abriremos para percibir el aspecto de la energía de la Diosa manifestado en la luz de la Luna.
Repetiremos este proceso diariamente por una semana, de preferencia en el mismo horario
de la noche.
Paralelamente a este ejercicio, sintonizaremos con El Dios. Al levantarnos por la mañana, no
importa cuan tarde sea,nos pondremos de pie delante del Sol (a través de una ventana si es
necesario, o al aire libre si es posible) y sentiremos su energía. Pensaremos en el Dios. Lo visualizaremos en la forma qeu quiéramos.
Se pueden entonar los nombres del Dios, como Cernunnos, Osiris, Apolo. (igual que hicimos con la Diosa)
Si no deseamos visualizar al Dios (pues la visualización puede imponer limitaciones),
simplemente entraremos en armonía con las energías que emanan del Sol. Si hay nubes que cubren el cielo, aun así las energías del Dios nos alcanzarán.
No permitiremos que otros pensamientos diferentes perturben nuestra reverencia al Dios. Liberamos nuestros sentimientos; abrimos nuestra conciencia para cosas más elevadas. Llamaremos al Dios con nuestras propias palabras.
Practicaremos estos ejercicios diariamente por una semana, e iremos anotando en un cuadernito las impresiones que vamos recibiendo luego de los ejercicios.
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